lunes, 30 de enero de 2023

CATEDRAL DE JAEN

 Te presento las Capillas interiores de la Catedral de Jaén:

A continuación te presento el nombre de las Capillas tal y como puedes encontrar en la Wikipedia:


Ahora bien hay que hacer algunas aclaraciones: 

Capilla 1 del Cristo de la Buena Muerte, cuyo autor es Jacinto Higueras, el mismo que realizó el Monumento de las Batallas de Jaén, también se llama Capilla de santo Domingo de Guzmán.

Capilla 9, La Capilla Mayor o del santo Rostro se encuentra. Aquí se encuentra la Virgen de la Antigua (Finales siglo XIV), rememora a la entregada por Fernando III al reconquistar la ciudad en 1246 y que fue destruida por los musulmanes.

Capilla 13: ¿Sabías que en la capilla del niño Jesús se encuentra una imagen del beato Lolo?

Capilla 16, la llamada de la Virgen de la Correa, también se le llama capilla del Santísimo Cristo del Refugio, una de las imágenes más antiguas de la Catedral (siglo XVI)

Hay una capilla más, la Capilla del trascoro, hay un famoso cuadro donde la gente se para a buscar unas tijeras.

Para más información visita la página de la catedral:
https://catedraldejaen.org/capillas-de-la-catedral/


sábado, 28 de enero de 2023

LOS LIBROS DE LA BIBLIA CATÓLICA

 En esta infografía de la página catholic-link.com, puedes ver todos los libros de la Biblia Católica y ver una clasificación resaltada por los colores:



martes, 10 de enero de 2023

PEQUEÑO SILENCIAMIENTO

 La primera disposición previa para la lectura de la Biblia es tener el alma vacía, abierta, tranquila, sin ansiedad, serenamente espectante, pues es el señor que viene en su Palabra a tu encuentro.

Para ello te puede ayudar este audio del Padre Larrañaga, si sigues sus instrucciones de forma tranquila, te puede ayudar mucho:





PEQUEÑA PEDAGOGÍA

 PEQUEÑA PEDAGOGÍA PARA LEER LA BIBLIA

Esta metodología (Adaptada) ha ayudado a muchísimas personas a realizar una lectura de la Biblia de provecho, es un resumen tomado del libro Encuentro de Ignacio Larrañaga.

DISPOSICIÓN PREVIA:

1.-   Procura tener el alma vacía, abierta, tranquila, sin ansiedad, serenamente expectante, pues es el Señor el que viene, en su Palabra, a tu encuentro.

2.-    Una vez escogido el texto y después de invocar al Espíritu Santo, haz una lectura lenta, muy lenta, con pausas frecuentes, pensando que Dios te está hablando a ti, en este momento, con las palabras que estás leyendo.

3.-   Tiene que ser una lectura desinteresada, sin buscar utilidad alguna, como podría ser esforzarse por ver la solución a tus problemas…el Señor se manifestará libremente según sus designios y proyectos para tu vida.

LECTURA ESCUCHADA:

4.-   Mientras vas  leyendo lentamente, escucha a Dios; Estas palabras tan antiguas las está pronunciando el Señor en este momento para ti. 

5.-   Si algunas expresiones no “te dicen” mucho, o no las entiendes, no te quedes estancado o ansioso.  Pasa adelante con calma y libertad.

DETALLES PRÁCTICOS:

6.-   Puede suceder que algunas expresiones te conmuevan despertando en ti resonancias profundas y desconocidas.  Detente ahí mismo: da vueltas en tu mente y corazón, saboreando esas expresiones. Toma un lápiz y subráyalas, y escribe al margen una palabra o una breve frase que sintetice aquella impresión.

7.-   Cuando en la lectura escuchada aparezcan nombres propios como Israel, Jacob, Samuel, Moisés…sustitúyelos por tu propio nombre personal, pensando y sintiendo que el Señor está dirigiéndose a ti con tu propio nombre.

8.-   Si la lectura no “te dice” nada, quédate tranquilo y en paz. Podría suceder que ese mismo pasaje, leído otro día, “te diga” mucho. La “hora” de Dios no es nuestra hora.

9.-   Déjate inundar por dentro de las vibraciones y emociones que se desprenden de la proximidad de Dios.  Y “conserva la Palabra”, es decir: que sigan vibrando en tu interior esas resonancias a lo largo del día, como María, medita todo en el corazón.

COMPROMISO DE VIDA:

10.-   Procura cuestionar tu vida a la luz de la Palabra, aplicando permanentemente la Palabra escuchada a la situación concreta de tu vida, preguntándote a cada momento: “¿Qué me está diciendo Dios en esta frase para mi vida?», «¿en qué sentido los criterios divinos encerrados en esta Palabra interpelan mi modo de pensar y actuar?», «¿en qué aspectos debo cambiar?», “¿qué haría Jesús en mi lugar?”.  En la medida en que tu mente se adapte a la “mente” de Dios, serás discípulo del Señor.