PEQUEÑA PEDAGOGÍA PARA LEER LA BIBLIA
Esta
metodología (Adaptada) ha ayudado a muchísimas personas a realizar una lectura de la Biblia de provecho, es un resumen tomado
del libro Encuentro de Ignacio Larrañaga.
DISPOSICIÓN PREVIA:
1.-
Procura tener el alma vacía, abierta, tranquila, sin ansiedad, serenamente
expectante, pues es el Señor el que viene, en su Palabra, a tu encuentro.
2.-
Una vez escogido el texto y después de invocar al Espíritu Santo, haz una lectura
lenta, muy lenta, con pausas frecuentes, pensando que Dios te está hablando
a ti, en este momento, con las palabras que estás leyendo.
3.-
Tiene que ser una lectura desinteresada, sin buscar utilidad
alguna, como podría ser esforzarse por ver la solución a tus problemas…el Señor
se manifestará libremente según sus designios y proyectos para tu vida.
LECTURA ESCUCHADA:
4.- Mientras vas leyendo lentamente, escucha a Dios; Estas palabras tan antiguas las está pronunciando
el Señor en este momento para ti.
5.- Si algunas expresiones no “te
dicen” mucho, o no las entiendes, no te quedes estancado o ansioso. Pasa adelante con calma y libertad.
DETALLES PRÁCTICOS:
6.- Puede suceder que algunas expresiones te conmuevan
despertando en ti resonancias profundas y desconocidas. Detente ahí mismo: da vueltas en tu mente y corazón,
saboreando esas expresiones. Toma un lápiz y subráyalas, y escribe al margen
una palabra o una breve frase que sintetice aquella impresión.
7.- Cuando en la lectura escuchada
aparezcan nombres propios como
Israel, Jacob, Samuel, Moisés…sustitúyelos por tu propio nombre personal,
pensando y sintiendo que el Señor está dirigiéndose a ti con tu propio nombre.
8.- Si la lectura no “te dice” nada, quédate tranquilo y
en paz. Podría suceder que ese mismo pasaje, leído otro día, “te diga” mucho.
La “hora” de Dios no es nuestra hora.
9.- Déjate inundar por dentro de
las vibraciones y emociones que se desprenden de la proximidad de Dios. Y “conserva
la Palabra”, es decir: que sigan vibrando en tu interior esas resonancias a
lo largo del día, como María, medita todo en el corazón.
COMPROMISO DE VIDA:
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