En primer lugar la Biblia no es un sólo libro, es un término procedente de la palabra griega βιβλίον (biblíon), que significa rollo, papiro o libro, y de la expresión griega τὰ βιβλία τὰ ἅγια (ta biblía ta hágia), que significa libros sagrados, así que es más que un libro. la componen 73 libros (46 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo) que con el paso del tiempo han conformado uno solo.
Desde que se empezó a escribir el primer libro hasta que se concluyó el último, pasaron cerca de 1100 años, ya que el primero comenzó a transcribirse en torno al año 1000 a. C. y el último se terminó hacia el 100 d.C.
A pesar de que se divide en Antiguo y Nuevo Testamento, tiene una Unidad pero ¿Por qué entonces se agrupan en uno sólo? La unidad de la Biblia se debe a su contenido. Todos los libros presentan un mismo tema: la relación de Dios con los seres humanos a lo largo del tiempo. La Biblia cuenta la experiencia del pueblo de Israel con Dios y de los primeros cristianos con Jesús, el Hijo de Dios.
Las dos partes de la Biblia tienen una gran unidad porque ambas hablan de la revelación de Dios. Esta revelación ha sido progresiva, Dios se ha ido dando a conocer poco a poco y teniendo en cuenta las capacidades de las personas de cada época. Así, el Nuevo Testamento está latente en el Antiguo, y el Antiguo está patente en el Nuevo. Los cristianos han aceptado el Antiguo Testamento como Sagrada Escritura porque en sus libros hay una profunda unidad con el Nuevo Testamento siendo el centro de unión Cristo. El Antiguo anuncia de forma profética la venida de Cristo y el Nuevo da cumplimiento a lo anunciado por el Antiguo.
Así, Jesús es el centro de unión entre las dos partes de la Biblia: el Nuevo Testamento da cumplimiento a lo anunciado por el Antiguo. Por ello, los evangelios, al hablar de Jesús , hacen continuas referencias a textos del Antiguo Testamento para mostrar que lo que allí se dice se cumple con su venida.
La Biblia es un libro religioso porque cuenta la relación entre Dios y las personas a lo largo del tiempo. Más aún, la Biblia no solo transmite ideas o historias sobre Dios sino que, a través de ellas, Dios mismo se comunica a las personas. Por eso se dice que es Palabra de Dios. Es un libro Religioso. Leer la Biblia como si fuera un libro de historia o un libro científico es un error. La Biblia transmite información sobre personajes, acontecimientos o sobre la creación del mundo. pero su principal objetivo es transmitir el mensaje de Dios para que los seres humanos puedan alcanzar la salvación y la felicidad total. De ahí que es un error enfrentar la teoría del Big-Bang o de la Evolución para negar la Creaciín que se relata en el Génesis. Como dijo Galileo "la Biblia no dice cómo va el cielo, sino cómo se va al cielo" La Biblia cuenta la historia de la relación entre Dios y los seres humanos.
Ahora bien, ¿Y su autor? ¿cayeron los libros del cielo? ¿Los escritores oían una vocecita que les dictaba?....Los libros de la Biblia son libros inspirados, es decir. libros que han sido escritos por personas bajo la inspiración del Espíritu Santo. De esta forma, se puede decir que la Biblia tiene una doble autoría: Dios y las personas. Dios ha inspirado a los autores humanos, por medio del Espíritu Santo. ¿Pero qué significa que Dios nos inspira? Significa que Dios ha iluminado el entendimiento y movido la voluntad de los escritores para la realización de la Biblia. Pero Dios no ha dictado a los escritores lo que deben escribir. Los escritores son también autores, porque han utilizado el vocabulario. el conocimiento y el estilo de una lengua y época determinadas De esta forma. el mensaje de salvación de Dios se expresa en un lenguaje humano, con el fin de que pueda ser comprendido y vivido por las personas que quieran acogerlo.
En consecuencia, para poder comprender bien el mensaje de la Biblia. Esto es muy importante, se debe tener en cuenta la forma de escribir de los autores y el contexto histórico en el que fueron escritos. Después, partiendo de ahí, es más fácil descubrir el mensaje de salvación que Dios comunica y que es válido para todas las personas de todas las épocas y de todos los lugares.
La Biblia fue escrita en tres lenguas: hebreo, arameo y griego. La mayor parte del Antiguo Testamento fue escrito en hebreo. El griego fue usado para el Nuevo Testamento y los últimos libros del Antiguo Testamento. Y en arameo se escribieron algunos fragmentos del Antiguo Testamento. Tras el Concilio Vaticano II, la Biblia ha sido traducida a las lenguas propias de cada país y cada cultura. Antes se utilizaba la versión en latín, llamada Vulgata, que fue traducida del hebreo y del griego por san Jerónimo, en el siglo IV, ya que el latín era la lengua más utilizada en la época.
Hay una pregunta muy importante: ¿Cualquiera puede interpretar la Biblia? Si así fuera tendríamos tantas interpretaciones distintas como personas hay en el mundo. La Biblia está escrita por una comunidad para una comunidad, esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de interpretarla, podemos leerla en casa tranquilamente, pero teniendo cuidado de no sacarnos ideas de la chistera...debemos leerla y aplicar sus enseñanzas a nuestra vida, pero a la vez debemos formarnos muy bien. ¿Y quién nos enseña? la respuesta es el Magisterio, que es la responsabilidad que tienen el conjunto de los obispos en comunión con el Papa de enseñar con autoridad la correcta interpretación de la Palabra de Dios.
A diferencia de nuestros hermanos los protestantes, que consideran que sólo en la Biblia está la Revelación de Dios, nosotros creemos que no toda ella está contenida en la Biblia, también disponemos de la Tradición, que es la transmisión vivencial de la fe que se da en el interior de la comunidad.
Otra pregunta no menos importante ¿Por qué esos libros forman parte de la Biblia y no otros? Los libros que están en la Biblia reciben el nombre de "canónicos", porque están incluidos en el canon o lista de libros que la Iglesia ha admitido como inspirados por Dios. Estos libros contienen, por escrito y de forma correcta, la revelación de Dios. Además de los libros de la Biblia, existen otros libros que también hablan sobre Dios o Jesús, pero que no han sido calificados como Palabra de Dios, porque el magisterio y la tradición de la Iglesia han considerado que no recogen fielmente el mensaje de salvación revelado por Dios. Estos libros, que no se encuentran en la Biblia, reciben el nombre de "apócrifos".
Por último, comentar los criterios necesarios para interpretar la Biblia:
• Los géneros literarios porque la verdad de un texto se puede expresar de diferentes maneras;
• Investigar el sentido que el autor humano quiso dar al texto valorando que lo escribió en su contexto histórico y cultural concreto ;
• Leer el texto con el mismo Espíritu que se escribió. Los libros de la Biblia tienen un objetivo religioso ya que buscan la salvación de las personas. Por tanto, la Biblia hay que leerla como un libro donde Dios comunica el camino de la salvación, no como un libro de historia, de ciencia o de literatura. A la hora de leerla, no hay que buscar en ella objetivos o intenciones distintas al fin para el que se escribió y tener en cuenta la guía del magisterio de la Iglesia;
• Reconocer al magisterio de la Iglesia como la última autoridad para establecer una correcta interpretación de la Biblia
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